No fue una final europea, pero no fue mucho menos exigente. El salto de longitud masculino en el Campeonato de España de Tarragona fue una de las grandes alegrías del fin de semana. Como primera prueba de la sesión de tarde del sábado, los candidatos a medalla aprovecharon una pista propicia y un buen viento a favor para dar un espectáculo memorable a la grada y la tribuna del Estadio Natalia Rodríguez.
En la primera ronda, primer buen salto de Jaime Guerra, campeón bajo techo en Gallur este año. 7 metros y 92 centímetros, aprovechando un sano viento a favor de 1,4 metros por segundo. El subcampeón olímpico de 2021 Juan Miguel Echevarría, cubano y fuera de concurso por el oro, estrenó los ocho metros con 8,20m y 8,22m (ambos con viento levemente ilegal) en las dos primeras rondas. Buenas sensaciones para el hombre que, también con viento ilegal, miró a los ojos al récord del mundo de Mike Powell con 8,92 m a los 20 años, hace ya seis campañas.
Dos veteranos sumaron su nombre a la lucha por el oro en la segunda ronda. Eusebio Cáceres voló hasta los 7,97 metros y el onubense Héctor Santos saltó un centímetro menos. Jaime Guerra fue el encargado de romper la barrera de los 8 metros en su tercer intento, con 8,08 m con viento legal. El del Cornellà Atlètic no volvió a saltar, pero tampoco salió del podio.
En la mejora, los otros tres grandes candidatos a metales incrementaron sus marcas. Eusebio Cáceres dio un gran brinco de 8 metros y 4 centímetros que le valió la medalla de bronce, por delante de un Lester Lescay, medallista europeo en invierno, que no se encontró pero hizo 7,99m en el último intento para embolsarse la cuarta plaza.
Líder hasta la quinta ronda, Jaime Guerra solo vio a un atleta superarle: Héctor Santos. El madrileño criado en
Huelva hizo el mejor salto de la tarde con 8 metros y 9 centímetros (+2,6) que le coronaron por primera vez campeón de España por un centímetro de margen. Con lágrimas en los ojos, Santos salió del foso como nuevo campeón tras una titánica lucha contra decenas de contratiempos. Lágrimas diferentes, a las que no acostumbra en los últimos años. Después de pasar por los momentos más complicados de su carrera, llega por fin a la gloria en Tarragona.
Héctor Santos ha superado el dolor para estar en el nacional y ha llegado tras dos semanas con poco entrenamiento. "No sé cuántas veces habré llorado estos dos años pensando que ya no valía para saltar, que ya no podía, que me tenía que retirar", dice, aún emocionado, en zona mixta. "Mucha gente apoyándome, y cojo y gano mi primer Campeonato de España cuando parecía que ya no valía para esto de saltar". No hay mejor forma de demostrarse a sí mismo que se equivocaba, que vale, y mucho, para la longitud.
Ha conseguido su primer oro con una rodilla a trozos. "Cuando vi la resonancia de hace un mes... Menisco interno roto, cruzado parcialmente roto, cartílago grado 3 roto, la Grasa de Hoffa inflamada. Cuando vi el informe dije: 'Hay más cosas rotas que bien, es quirófano seguro'", recuerda. Pero le recomendaron saltar si podía y ha conseguido cumplir un sueño en Tarragona: "Lo paso mal, mi familia lo pasa fatal porque piensan que me voy a romper la rodilla en cualquier momento... pero si puedo saltar yo lo intento".
El año pasado tonteó con la retirada: "En noviembre avisé de que lo mismo me retiraba. Mi mánager Alberto Suárez y el club me convencieron, el Barça me renovó, confianza económica. Empecé a mejorar gracias a dos profesionales Marcos Iglesias de Guadalajara, que es el que me ha salvado, y a Álvaro Otero, otro fisio, profesor mío de la carrera". La felicidad ahora es difícil de explicar y bromea hasta con la posibilidad de hacer mínima para el mundial: "Al ver el primer nulo me he calentado. A ver si voy a hacer (8)27 y me voy al mundial, pero no (risas) estamos lejos. Haré el Mitin de Guadalajara y vacaciones. Si el año que viene puedo volver a lucir la camiseta de España, bienvenido sea". Por desgrada, con 8,09 m, los que le ha servido para ser campeón de España, no lo estará.